Estamos acostumbrados a tomar las vacaciones en verano, cargar el coche de cosas que muchas veces la mitad ni usas, esperar largas colas en los aeropuertos, carreteras... y después de un duro día de viaje te das cuenta de que no tienes comida, te faltan tus cosas básicas que pasan desapercibidas en tu hogar, como las perchas, espacio para la ropa, tu secador de pelo, tu almohada... la convivencia familiar es demasiado intensa, los restaurantes están llenos y al final solo piensas en regresar sabiendo que la vuelta será dura y larga. (De eso ya hablaremos y cambiaremos más adelante)
Cuando llegamos a estas fechas y el calor aprieta, muchas personas empiezan hacer un parón en su rutina diaria, las vacaciones mentales son perfectas para descanso del cuerpo. ¿Cómo podemos realizar esas vacaciones mentales?
La idea de las vacaciones mentales es darse
vacaciones de uno mismo.
ES GENIAL!!!
Las vacaciones mentales es dejar de lado todo durante unas horas, unos días o tal vez unas horas al día... nuestro YO más profundo y ver las cosas como un testigo, es decir, ver las cosas desde otro lugar, desde afuera.
No es fácil, dado que no estamos acostumbrados y no entra en nuestra rutina diaria ni en nuestros hábitos tomarnos vacaciones mentales. Nuestro YO dominante o personalidad, se resiste a quitarse de en medio para dejar paso a otras opciones, porque la mente consciente no quiere alteraciones ni que le saques de su zona de confort, está para protegerte y esto que es nuevo no le atrae demasiado.
Tenemos que salir de nuestra área de confort y hacer comprender a nuestro mapa mental que existen otros modelos y otras opciones para tomarnos unas vacaciones mentales, es el único modo de tener nuevas vivencias y experimentar de una manera distinta.
Vamos a desaprender un poco para aprender nuevas habilidades.
Rompe con esos patrones automáticos y heredados y empieza a:
Hacer cosas diferentes, escucha nueva música, presta atención a las costumbres del nuevo sitio en el que estás, lee temas diferentes, conoce nuevas personas, créate un hábito diferente.
Rompe con algún hábito, pregúntate que hábito tienes diario y cámbialo por otro, permítete hacer cosas que normalmente no haces, piensa diferente y enfócate en otras cosas, donde pongas el enfoque irá tu energía.
Si pudieras hacerlo, sentirlo, vivirlo, ¿cómo lo harías? Juega con tu imaginación y siéntete por un momento como te gustaría sentirte, vívelo como si lo estuvieras viviéndolo, compórtate como si estuviera pasando...
Hacer vacaciones mentales, además de descansar de nuestros patrones diarios y nuestras rutinas programadas, hacemos un trabajo de investigación y desarrollo, nos ayudará a conocernos mejor, a saber lo que nos hace felices, nos acerca a nuestros placeres, sueños y talentos...
Pruébalo... sigue probándolo... sigue probándolo...
ENHORABUENA!!!
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