
Ahora que hemos organizado los espacios de la casa, del hogar y de las amistades, ese espacio pronto empezará a llenarse, a tu vida llegará todo tipo de gente, invitaciones y oportunidades. Eso no significa que debas aceptar todo lo que te llegue.
Nos suele preocupar que, si decimos "No, gracias", se termine la serie de nuevas oportunidades. De hecho, sucede al revés. Al decir que no, reservas espacio para las oportunidades y relaciones adecuadas que tienen que venir.
Nos sentimos agobiados por los compromisos laborales y las obligaciones sociales. Decimos que sí en lugar de decir que no. Podríamos durante una semana decir que no a cualquier oferta o petición, decir que no para ir entrenándonos a decirlo a menudo. Si más tarde cambiamos de idea, siempre podemos retractarnos, pero la primera respuesta debería ser: "No, muchas gracias pero no puede ser..."
Si no puedes decir que no directamente, deja el asunto en suspenso por algún tiempo, podemos contestar algo así como "Gracias por la invitación pero ahora no se si podré, ¿Te puedo llamar mañana para confirmártelo?"
Tenemos que entrenarnos para que al subconsciente no le cueste trabajo decir "no", por lo que tenemos que empezar a practicarlo y decirlo, así dejaremos de sentirnos culpables por no decir lo que realmente queremos y por no tener que agradar a todo el mundo, no pasa nada, no se acaba el mundo, ni perderás amistades, ni nada de eso... y aprenderás a valorar tu tiempo, tus valores y será además una inyección de autoestima y seguridad personal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario