"Emoción" viene del latín "emotio"; "mover hacia el exterior", "movimiento o impulso". Es una respuesta química rápida e impulsiva a nivel fisiológico que dispara desde el cerebro límbico.
Daniel Goleman dice que que en un sentido muy real, todos tenemos dos mentes, una mente que piensa y otra mente que siente, y éstas dos formas fundamentales de conocimiento interactúan para construir nuestra vida mental.
La identificación de la emoción es el primer paso para una correcta gestión emocial, ya que si no "se sabe qué se tiene, ¿CÓMO SABER COMO ACTUAR?
No elegimos la emoción, la emoción aparece disparada por alguna situación ya sea de bienestar o malestar y ante la cual sentiremos placer o angustia, por lo que se distinguen emociones potenciadoras o emociones limitantes. Las emociones entran cuando la vida real no es la deseada, por eso tenemos que empezar a conocerlas y a entender lo que nos quieren decir, por lo que hay que verlo como algo positivo dado que nos están queriendo decir algo, un médico necesita saber donde te duele y cuál es el dolor para poder hacer un diagnóstico acertado.
Detrás de cada emoción siempre hay una intención positiva hacia quien la evoca, es decir "la emoción trata de protegernos de algo/alguien" y aparece porque hay una necesidad no atendida en cada uno.
Tenemos emociones primarias o básicas:

Son los sentimientos "verdaderos", más básicos, lo que se siente en lo más profundo y los que definen verdaderamente lo que se siente.
Estas emociones tienen carácter universal y están presenten desde su origen como especie, como desde su nacimiento y se transmiten genéticamente.
Llevan implícitas expresiones faciales, que son propias y comunes a cada una de ellas.
Van asociadas a diferentes tendencias de acción y probablemente consecuencia el suceso que la ha provocado.
Cada emoción produce un patrón de activación fisiológica diferente.
EL MIEDO.
El miedo avisa (o protege), de que se está en peligro, y al igual que la ira, también prepara para la huída o la lucha, y la gestión recomendable es enfrentarse a él, no ocultarlo ni ignorarlo, y actuar, no siendo tan importante el resultado en sí, sino la "acción".
La ansiedad y el miedo son mecanismos naturales que se tiene para responder hacia peligros percibidos o imaginados. La ansiedad comienza con un peligro no muy bien definido, mientras que el miedo usualmente se dispara cuando hay una situación fácilmente identificable.
Tenemos que tener muy en cuenta que el miedo tiene su origen como especie con el fin de defendernos de los peligros reales para nuestra sobrevivencia, es decir, protegernos de posibles amenazas como la altura de un precipicio, ser atacado por un animal que quiere devorarnos, estar atrapado en un incendio... En nuestros tiempos, esos peligros para la sobrevivencia están mayoritariamente controlados y conocemos como prevenirlos, evitarlos y/o protegernos de ellos pero esos miedos los hemos cambiado/transformado por otros miedos no reales para nuestra sobrevivencia, como por ejemplo, tener miedo a no tener dinero para la hipoteca, miedo al fracaso, miedo a no tener amigos, a la incertidumbre, al futuro ...
Para trabajar el miedo recomiendo:
- Aumentar la seguridad, piensa en tus logros y traélos al presente.
- Acción. Ocuparte en vez de pre-ocuparte. La acción aporta seguridad.
- Cambia tu diálogo interno y de pensamiento; distrae la atención con algún ejercicio sin mucha importancia (contar números hacia detrás, sólo pares, en otro idioma).
- Detén el pensamiento, usa alguna palabra como "basta", "stop" y con una acción física (golpe de mesa)
- Traer un pensamiento positivo que lo haga incompatible. Busca ese recuerdo que tanto te gustaba o ponte una canción que te lleve a un buen recuerdo y te cambie la energía.
- Usa técnicas de relajación, escucha alguna meditación guiada.
- Cambia tu postura corporal, respira profundamente y cambia de escenario, date un paseo por la calle y mira como la vida sigue sin importarle tu miedo.
- Piensa como verás ese miedo dentro de 10 años.
- Ridiculiza el miedo, es decir, déjalo para mañana o dedícale 30 minutos diarios.
- Plantea lo que podría ocurrir en el peor de los casos y analizar si realmente "es tan malo", ¿comparado con qué?
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