martes, 6 de mayo de 2014

¿Conoces tus emociones? Parte 2 (LA IRA)



La ira se manifiesta cuando hay un límite que el observador entiende que ha sido trasgredido. Esta emoción prepara para la lucha o la huída y aparece para que se pongan límites y se manifieste lo que molesta.
Si tienes que poner límites es el momento de actuar desde la asertividad, transmitiendo lo que realmente te está molestando, defendiendo tus derechos sin quitárselos a la otra persona, por eso es muy importante informar de lo que realmente te molesta y pedir lo que realmente quieres. Aquí el tono de voz es muy importante, debe ser neutro y tranquilo para que la otra persona no se sienta agredida.

Detrás, del enojo, el resentimiento, furia, indignación acritud, irritabilidad, hostilidad y en caso extremo, odio y violencia hay una emoción asociada a algo malo que pasó y no debería haber sucedido. La gestión recomendable ante la rabia o la ira, es permitir su expresión y luego indagar sobre el problema que la provocó.Para salir de esta emoción, primero hay que respirar profundamente y dejar que fluya antes de actuar así tendrás más tiempo para entender que te está diciendo, porque de caso contrario el efecto de la Ira o la impulsividad es como arrugar un papel y luego quererlo poner en su estado original, ya por mucho que lo estires, no quedará liso.
Obsérvate y analiza qué has sentido ante distintas situaciones y ponle nombre. Describe la emoción con palabras. Localiza los momentos de enfado y describe las sensaciones que han causado. Reconocer la ira es el primer paso para aceptarla.

Aprende a descargar la emoción, si estás enfadado y tu comportamiento suele ser demasiado agresivo te va a costar mucho no gritar ni ponerte violento así que vas a concentrarte en tu respiración y a mantener el tipo hasta que puedas descargala a solas. Una cosa que suele funcionar para descargar la rabia aculada es subir y bajar escaleras, hazlo hasta agotarte, dar un paseo, poner una canción que te gusta y que te haga desconectar... busca tu recurso, seguro que lo encuentras.

Recuerda que la ira la sientes tú y los demás no son causantes de ello. El que decide enfadarse por algo siempre eres tú.

Así que ya lo sabes, si quieres aprender a gestionar tu ira en primer lugar debes reconocerla, en segundo lugar aceptarla, por último deberás descargala y encontrar la manera de que cada vez sea más fácil. Usa tu asertividad, las respiraciones, el ejercicio, un cambio de escenario... 




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