La manera más corriente de armonizar con los demás consiste en intercambiar informaciones mutuamente por medio de palabras. Sin embargo, algunos estudios han demostrado que la palabra sólo transmite un 7%, aproximadamente, de la información que se comunica. Un 38% se transmite con el tono de voz, el 55% de la comunicación, y con mucho la mayor parte de ella deriva de la fisiología o lenguaje corporal.
Las expresiones faciales, los gestos, el carácter y el tipo de los movimientos de la persona que se halla en proceso de comunicación dicen mucho más que las primeras palabras.
Como ya comentamos en "la magia de la relación (parte 1)", uno de los mejores medios para conseguir una relación consiste en "reflejar" o crear un espejo, una fisiología común con ella. Mientas las palabras operan sobre la mente consciente del interlocutor, la fisiología actúa sobre su inconsciente. A ese nivel es donde el cerebro piensa "Esa persona es como yo; debe de ser un gran tipo". Una vez ha ocurrido esto, se produce una atracción tremenda, un vínculo fuerte, sin darte cuenta, el vínculo ya está formado.
Los creadores de la PNL (John Grinder y Richard Bandler) nos dicen que la responsabilidad de la comunicación nos incumbe a nosotros, si queremos convencer a alguien de que haga una cosa y él va y hace otra diferente, el fallo está en la comunicación, que no hemos acertado con la manera de "hacer llegar" el mensaje.

La PNL (Programación Neuro-Lingüistica), nos dice que el sentido de nuestra comunicación no es otro que la respuesta que obtenemos y que nos comunicamos a través de 3 canales o Sistema VAK (Visual Auditivo kinestésico).
Hay pistas verbales para reconocer a una persona visual, frases como "Así lo veo yo" o "No me veo a mí mismo haciendo eso", también hablan con mucha rapidez, la respiración es rápida, el tono suele ser agudo... esas personas orientadas visualmente tienden a señalar con el dedo y a menudo tienen los hombros cargados y estiran el cuello.
Las personas auditivas tienden a emplear frases como "Esto me suena", "Le escucho, prosiga", "Dio la campanada", la voz está mejor modulada, el ritmo del habla es equilibrado y el tono suele ser claro y resonante. Suelen juntar las manos o cruzar los brazos hallándose en acceso auditivo, los hombros quedan algo flácidos y la cabeza ligeramente a un lado.
Las personas Kinestésitas, usan frases como "Tengo la sensación...", Esto me choca", "Siento que...", hablan a ritmo lento, intercalando muchas pautas largas entre palabras y en un tono grave y reposado. Usan muchos movimientos corporales indicando acceso táctil o externo y una postura caracterizada como kinestésica es la de los brazos doblados en ángulo, relajados con las palmas de las manos hacia arriba. La actitud tiende a ser firme y la cabeza bien erguida.
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